El rapero estadounidense DMX, famoso por sus canciones crudas y descarnadas, murió el viernes a la edad de 50 años en un hospital de las afueras de Nueva York, donde llevaba una semana en estado crítico, informaron allegados del artista.
El músico, cuyo verdadero nombre era Earl Simmons, una de las grandes figuras del hip-hop de finales de los años 90 y principios de los 2000, había sido hospitalizado el viernes en el hospital de White Plains, al norte de Nueva York, tras sufrir un ataque al corazón.
Su abogado, Murray Richman, dijo a la AFP que había muerto alrededor de las 11 de la mañana del viernes, mientras que la familia emitió un comunicado que fue ampliamente difundido en las redes sociales.
«Earl fue un guerrero que luchó hasta el final», reza el comunicado, que especifica que el artista falleció rodeado de sus seres queridos.
«Amaba a su familia con todo su corazón y atesoramos los momentos que pasamos con él», decía el comunicado. «La música de Earl inspiró a innumerables fans en todo el mundo y su legado icónico vivirá para siempre».
La familia dijo que en breve habría información sobre un servicio funerario.
El agitado rapero, que reinó a finales de la década de 1990 y principios de la de 2000 con éxitos como X Gon’ Give It To Ya y Party Up, fue una de las estrellas más oscuras del hip-hop, exponiendo sus demonios internos a las masas en himnos descarnados y contundentes que le valieron el reconocimiento comercial y de la crítica.
Criado en el suburbio neoyorquino de Yonkers, el artista tuvo una infancia precaria y de abusos junto a su madre y sus hermanos.
A los 14 años se enfrascó en una espiral de arrestos que persistiría a lo largo de su vida, cometiendo robos que lo llevaban regularmente a la cárcel.
Incluso después de alcanzar la fama, DMX siguió teniendo roces con el sistema penal, con cargos que incluían posesión de drogas, crueldad con los animales, conducción imprudente, impago de la manutención de los hijos y evasión de impuestos.
Aunque su historial delictivo ocupó los titulares, fueron sus contundentes raps confesionales, pronunciados con sus singulares gruñidos profundos, los que dejaron una huella indeleble en el sonido del hip-hop de finales de los 90 y principios de los 2000.
«DMX fue un artista brillante y una inspiración para millones de personas en todo el mundo. Su mensaje de triunfo sobre la lucha, su búsqueda de la luz en la oscuridad, su búsqueda de la verdad y la gracia nos acercó a nuestra propia humanidad», dijo en un comunicado Def Jam Recordings, la firma con la que DMX publicó algunos de sus álbumes más icónicos.
«DMX era nada menos que un gigante. Su leyenda vivirá para siempre», añadió.
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