Tiziano conoció a su abuelo Tano, un mañana helada cuando iba de camino al colegio, aseguró su mamá, y «al verlo Tizi dijo: ‘vamos a comprarle algo al abuelo’”.
Para muchas personas tener a sus abuelos con ellos es imprescindible, son como sus segundos padres, quienes los llenan de cariño y su ejemplo a seguir; sin embargo hay quienes no tiene el privilegio de tener a estos maravillosos seres en su día a día; y tiene que conformarse con el recuerdo.
Según cuenta la mamá de Tizi, como lo llaman de cariño, todo comenzó una mañana que llevaba a su hijo al kínder, cuando encontraron a Tano, un viejito que había sido abandonado. El abuelito de inmediato llamó la atención del pequeño: ‘vamos a comprarle algo al abuelo’, le dijo; así que le llevaron unos panes y un sandwich. El pequeño se lo dio y le preguntó: ‘’¿Abuelo estás contento?’’, a lo que Tano respondió que sí.
Sin embargo, al día siguiente Tano ya no se encontraba en el mismo lugar, por lo que se dispusieron a buscarlo por las cercanías sin tener éxito; tardaron quince días más en dar con el abuelo decidieron llevarlo a casa.
Al llegar a casa, le dieron un baño un baño caliente, comida e incluso le arreglaron un cuarto en su hogar por si él decidía quedarse, donde vive feliz y cómodamente.
Ahora el abuelito no sólo vive con la familia; sino que se ha vuelto el mejor amigo del pequeño, pasan todas la tardes leyendo cuentos y contando historias. Ambos, Tizi y Tano, encontraron la compañía que les hacía falta y se dan todo el cariño que puede existir entre un abuelo y su nieto.
Pese a la desgracia de haber sido abandonado y vagar por las calle durante un año, Tanos actualmente vive con su nueva familia y todos son muy felices.
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